Hassan Kabande, más conocido por su nombre artístico Peso Pluma, es un talentoso cantante y compositor de origen mexicano que ha dejado una marca distintiva en la industria musical.
Su versatilidad se refleja en su habilidad para explorar una variedad de géneros, incluyendo corridos tumbados, reggaeton y trap latino.
Este martes, las autoridades informaron que se encontraron cuatro señales de advertencia en Tijuana, ciudad fronteriza con Estados Unidos, donde se amenaza con atentar contra la vida del cantante mexicano, si decide presentarse en octubre en esa ciudad.
La alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, informó que la fiscalía local está llevando a cabo una investigación para determinar si los letreros fueron colocados por grupos del crimen organizado o por individuos ajenos a estos.
Además, se está evaluando si las amenazas son lo suficientemente serias como para considerar la cancelación del concierto del artista.
Es importante saber que este artista ha reconocido haber compuesto canciones “por encargo” de narcotraficantes en el pasado. La presentación del cantante estaría programada para el 14 de octubre.
“A mí me corresponde proteger a la ciudadanía tijuanense y por lo mismo en los próximos días vamos a determinar si se lleva a cabo el concierto o no”, dijo la alcaldesa de Tijuana.
Estos carteles están firmados con las iniciales “CJNG”, que corresponden al Cártel Jalisco Nueva Generación, una de las organizaciones de narcotráfico más influyentes de México, con presencia en diversas naciones.
La alcaldesa informó que fue detenida una persona que se relaciona con haber colocado dicho cartel, donde el cantante es amenazado.
Además, señaló que hasta el momento el equipo de Peso Pluma no se ha puesto en contacto con ella.
También agregó: “Sabemos que los cantantes como (…) Peso Pluma hacen apología del delito, entonces hay ciertos grupos que se molestan y lamentablemente quienes sufren las consecuencias son los ciudadanos al querer asistir a sus conciertos y tener un riesgo”.
No obstante, la alcaldesa descartó la idea de prohibir los conciertos o la promoción de los narcocorridos en Tijuana.
Argumentó que la principal responsabilidad de la popularidad de este género entre los jóvenes recae en los padres de familia. “No basta solo con apagarles la música, sino saber por qué se están viendo proyectados en esas canciones”, dijo.