María José González Tobar / Nutricionista clínica
Cert. en Psicología de la Alimentación
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¿Quieres cambiar tu estilo de vida y alimentación, pero no sabes por dónde empezar? ¿Te sientes con baja energía, sin ganas de nada, te enfermas con facilidad, y/o padeces de alguna enfermedad? ¿Quieres sentirte mejor pero no sabes qué más hacer?
Este es un buen momento para que empieces a nutrir tu vida y llevar a cabo pequeños cambios en tu estilo de vida.
Si quieres aprender a comer de manera saludable, lo primero que debemos hacer es enfocarnos en generar nuevos hábitos y de esta manera los cambios físicos perdurarán a largo plazo.
Enfócate en esos nuevos hábitos más que cualquier otra cosa como: dietas de moda, jugos o batidos para adelgazar, productos milagros, té divinas, quemadores de grasa entre otros. ¡Todo esto es una pérdida de tiempo y dinero!
Cuando queremos resultados rápidos, estos no suelen ser sostenibles ni duraderos. Hasta pueden perjudicar tu salud, afectar tu relación con tu comida y con tu cuerpo.
Cambiar los hábitos es un proceso que puede tomar tiempo, pero el ir adoptando hábitos nuevos saludables, puede protegerte de problemas de salud, ayudarte a controlar tu peso, sentirte mejor y a tener más energía.
Estos son cinco sencillos hábitos saludables que te ayudarán a lograr ese cambio:
- Alimentación saludable:
Incluye más alimentos naturales y menos alimentos procesados. Aumenta el consumo de verduras y frutas, consume proteínas animales y vegetales. Agrega grasas saludables como aceite de oliva, aguacate, semillas horneadas sin sal. Condimenta con especias naturales como comino, tomillo, laurel, pimienta, ajo en polvo, cebolla en polvo, entre otros. Modera el consumo de sal, come saludable y disfruta de lo que te gusta, teniendo un balance.
- Actividad física:
Mantén tu cuerpo en constante movimiento. Trata de realizar actividad física por lo menos 2 o 3 veces por semana, 30 minutos diarios. Busca actividades físicas que te gusten como bailar, caminar, trotar, correr, hacer ejercicios de fuerza, aeróbicos, pilates, entre otros.
- Duerme de 6 a 7 horas:
Tener calidad de horas de sueño, te ayudará a gozar de una buena salud. Esto te recargará y recuperará el cuerpo de las fatigas diarias.
- Hidrátate adecuadamente:
Es muy importante hidratarte, por lo menos con uno o dos litros de agua al día. Debes disminuir el consumo de bebidas artificiales como gaseosas, refrescos altos en azúcares. Por el contrario, prepara más opciones de frescos naturales como jamaica, limonada, tamarindo, o licuados de frutas.
Si no te gusta el sabor del agua pura, puede agregar rodajas de pepino, de fresas, hierbabuena, menta o de limón para saborizarla de manera natural y así motivarte a tomar más agua.
- Vive la vida con mentalidad mindfulness:
Cuida tu salud mental. El tener una mente tranquila puede ayudarte a ser consciente de las necesidades reales de tu cuerpo y a dejar atrás hábitos de alimentación perjudiciales que puedan enfermarte. También aprende a comer conscientemente, a comer sin distracciones, a ponerle más atención a lo que comes con todos tus sentidos.
Al incorporar poco a poco estos sencillos hábitos, te darás cuenta de los resultados. Recuerda, todo proceso toma su tiempo.
¡No olvides acudir con tu nutricionista para que te acompañe en el proceso!